La mayoría de lo que hemos aprendido en tareas domésticas es heredado. Merece la pena detenerse en algunos de nuestros hábitos y comenzar a hacerlos de otra forma. ¡Cuántas cosas estábamos limpiando mal!
EMPEZAR DE ABAJO HACIA ARRIBACuando nos ponemos en modo limpieza, lo primero que vemos es el suelo lleno de migas, basurilla, restos (y más si hay niños de por medio) y no podemos resistir la tentación de recogerlo, normal… ¡Pues para! El ciclo correcto es de arriba hacia abajo para que el polvo vaya cayendo hacia el suelo y este, sea lo último que limpies. De lo contrario, volverá a ensuciarse cuando lo hagas con los muebles.
ENTRAR CON LOS ZAPATOS A CASASí, ya sabemos que no es un hábito de limpieza sino un hábito a secas, y uno que debes exterminar cuanto antes. No puedes ponerte a limpiar la casa con los zapatos que has llevado a la calle, sería “pisar el fregao”, como dirían las abuelas. Mira y terminarás prohibiendo los zapatos en casa.
APLICAR EL PRODUCTO DIRECTAMENTE¡Craso error! Resulta que con esto saturamos la superficie de producto y después es más complicado quitárselo y suelen quedar restos. Aplica el limpiador sobre el trapo que estés utilizando y verás que todo marcha mejor.
USAR LA MISMA BAYETAEso de tener un trapo y una esponja para el baño, así a simple vista parece lo más adecuado, pero una vez más, volvemos a equivocarnos. Resulta que necesitamos una para el lavabo, otra para la ducha o bañera y una tercera para el WC. De lo contrario, estarías pasando las bacterias de un lado a otro, y más aún si hablamos del baño. ¿Ya sabes cuáles son los sitios más sucios de tu casa?
DEJAR LAS TOALLAS HÚMEDASBien sea que las eches a lavar o que las cuelgues en el toallero, dejar las toallas húmedas son un caldo de cultivo para moho y bacterias. Extiéndelas hasta que se sequen por completo, después puedes ponerlas en el cesto, de lo contrario imagina el festín que se darían las bacterias de la ropa sucia y la humedad… ¡Puag!
NO UTILIZAR GUANTESHay gente que dice que no se apaña con ellos, sin embargo, debemos insistir en la importancia de su uso. No solo te mantendrás a salvo del contagio de algún virus por microorganismos, también protegerás tu piel de los daños causados por el contacto con productos químicos y evita que te cortes si se rompe algo.
NO LEER LAS INSTRUCCIONES DE LOS PRODUCTOSA veces nos confiamos de la leyenda “multiusos” y aplicamos el producto sobre cualquier superficie sin tener en cuenta si son delicadas. Es fácil que materiales como el aluminio, el mármol o la madera, se dañen con los químicos. Pero si quieres tener todo como un jaspe, aquí te dejamos 20 trucos de abuela para tu casa que te serán súper efectivos.
LIMPIAR LOS CRISTALES A LA LUZ DEL SOLSuena súper lógico y todos aprovechamos un día soleado para limpiar los cristales de la casa y las ventanas pero… volvemos a hacerlo mal. Resulta que con el calor del sol, el limpiacristales se seca muy rápido y no lo retiramos por completo con el trapo, dejándolo opaco y rayado.
METER LAS COSAS A LA NEVERA SIN ORDENYa te hemos hablado de cómo ordenar la nevera y lo importante que es incluso, para hacer una compra a medida y sin derroches. Pero eso no es todo, pon atención a las sobras que guardas, ¿de verdad te las terminas comiendo? Si la respuesta es no, deja de hacerlo, lo único que consigues es que pueda darse una contaminación cruzada en tu frigorífico.
NO DEJAR ACTUAR A LOS PRODUCTOSSolemos aplicar el producto de limpieza e inmediatamente pasar el paño para retirarlo… te das cuenta, ¿verdad? Necesitan unos 30 segundos como poco para que las sustancias empiecen a actuar debidamente sobre las superficies y después, frota, aclara y seca.
NO LIMPIAR LOS LIMPIADORESPor alguna extraña razón pensamos que no es necesario limpiar los materiales que utilizamos para la limpieza: trapos, esponjas, escobas, aspiradores, la fregona, la mopa, el cubo, la escobilla del baño, la lavadora… y la lista sigue. Piénsalo, ¿cómo quieres que dejen tu casa, si jamás los pones a punto?
UTILIZAR DEMASIADA CANTIDAD DE LIMPIADOROtro mal hábito de limpieza que resulta de lo más común, es utilizar más cantidad de producto de la que el fabricante recomienda. Pensamos que a mayor espuma, mayor limpieza y te sorprenderá saber que esto causa el efecto contrario. Cuando saturamos de limpiador una zona, suele ser difícil retirarlo y dejamos restos que hacen que se pegue la suciedad más fácilmente.
RECOGER ANTES DE ACOSTARSE Recoger antes de dormir, es una de las claves de todo amante del orden y la limpieza que se precie… y del que aspire a serlo, también. Por mucha pereza que te de, especialmente la cocina deberías dejarla limpia ya que los platos sucios y con restos de comida, son un imán para los bichos y microorganismos. Por no hablar de lo desagradable que resulta amanecer con semejante zafarrancho.
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